domingo, 18 de abril de 2010

Análisis de Dr. Jeckill y Mr. Hyde

I. Personajes

Mr. Gabriel John Utterson: abogado y amigo del Dr. Jekill y el Dr. Lanyon. Su nombre significa hijo (= son) completo (= utter). Es el modelo de persona que presenta la obra.
Mr. Guest: asistente de Mr. Utterson. Su nombre significa invitado. Descubre el parecido de las cartas.
Mr. Enfield: pariente lejano de Mr. Uterson. Es más joven que él. Es el primo del abogado. Field: si está precedido de to lead the ~, significa llevar la delantera; también es el campo científico de un estudio determinado. Él es el primero que descubre públicamente a Mr. Hyde y parece un experto al describirlo.
Dr. Harry Jekill: doctor en medicina, abogado, doctor en letras, miembro de la Real Sociedad. Heredero de un cuarto de millón de libras esterlinas. Tiene cincuenta años. Su nombre es compuesto: Je, en francés es Yo; Kill, en inglés es matar, porque es el que ha matado una parte de su personalidad, la que se refería a la vida pública y conocida por todos.
Mr. Edward Hyde: experimento de Dr. Jekill. Su nombre significa “escondido”, porque no se revela a todos y huye de la mirada de la vida pública.
Dr. Lanyon: amigo de Dr. Jekill y colega en la ciencia médica. También amigo, compañero de colegio y de universidad de Mr. Utterson. Lane: significa camino angosto. Es el que sigue el camino tradicional en la medicina y descubre las barbaridades de su colega, el Dr. Jekill.
Mr. Poole: sirviente de avanzada edad de Dr. Jekill. Sirvió a su amo por veinte años.
Sir Danvers Carew: hombre asesinado por Mr. Hyde, siendo la sirvienta testigo de ello.
Mr. Newcomen: inspector de Scotland Yard. Newcomer significa recién llegado.

II. Características de Dr. Jekill y Mr. Hyde.

La primera vez que Mr. Hyde fue visto en escena fue cuando atacó a una niña durante una noche y fue detenido por Mr. Enfield, quien impidió que le hiciera daño a su víctima. Mucha gente lo rodeó con ganas de matarlo, pero no lo hicieron. Debió pagar 100 libras a los parientes de la niña que atacó para reparar su falta. El dinero se lo entregó en 10 monedas de oro y un cheque del banco Coutts, con la firma del Dr. Jekill, quien tenía buen renombre en la sociedad londinense y en los periódicos. Desde entonces su casa es nombrada por Mr. Enfield como “Casa del Chantaje”, porque repara una falta moral con dinero, en vez de ir a la cárcel.
Además, la casa en la que vive Dr. Jekill muestra su encierro, su aislamiento de la sociedad en la que vive: tres ventanas en el patio, cerradas la mayor parte de las veces, una puerta de la que solamente sale Mr. Hyde; no hay otra; una chimenea generalmente encendida. Busca con ello seguridad y privacidad. Nadie sabe lo que hace adentro, pero él sabe lo que sucede afuera. Parece más una fortaleza que una casa. Pasa la mayor parte del tiempo en su casa.
Igualmente, el aspecto de Mr. Hyde es deforme e indescriptible, desagradable, según Mr. Enfield. Tiene una llave de la casa del Dr. Jekill que usó una semana antes de que Mr. Enfield le contara lo sucedido a Mr. Utterson. A primera vista es el caso de dos personas que hacen uso de los mismos bienes de distinta manera.
Asimismo, el Dr. Jekill había destinado todos sus bienes a la persona de Mr. Hyde en caso de muerte o desaparición superior a la de tres meses, según el testamento que Dr. Jekill había dejado en poder de Mr. Utterson, quien, al leerlo, la figura de Mr. Hyde le pareció totalmente desagradable, que podía llevar a la ruina a Dr. Jekill o incluso matarlo. Dr. Lanyon no veía a su amigo Dr. Jekill desde hacía mucho tiempo, debido a los delirios pseudocientíficos y extravagancias de éste último. Entonces Mr. Utterson decide buscarlo.
Cuando lo vió a Mr. Hyde con intención de entrar en la casa de Dr. Jekill, lo detuvo para verle la cara. Mr. Hyde le dio una direccióin en Soho y le preguntó cómo lo había reconocido, pero cuando Mr. Utterson le dijo que tenía como amigo al Dr. Jekill, se enojó, entró a la casa y antes le dijo que él nada le había dicho de él. Porque supuestamente el experimento de Dr. Jekill era secreto, nadie sabía nada de lo que hacía. Además, Mr. Hyde se caracteriza por tener un aspecto desagradable y una personalidad agresiva. Por eso respondió así al abogado.
Parece que el comportamiento de Mr. Hyde no muestra tener dominio sobre sí mismo: lo delata la actitud de “(...) timidez y la grosería (...)”, la “(...) voz ronca, susurrante” y “(...) quebradiza (...)”[1], que, ante cualquier acusación o gesto que le parezca que no vaya con su parecer, reacciona mal. El rostro de Mr Hyde le parecía a Mr. Enfield como el de Satanás. Le producía náuseas recordar su rostro y percibía que la vida no tenía sentido en Hyde.
Respecto a lo que sucede, Mr. Utterson cree que Dr. Jekill oculta algo y en definitiva “(...) el castigo llega (...) años más tarde, cuando la memoria ha olvidado y el amor propio ha perdonado la falta”[2]. Las consecuencias de las acciones permanecen en la memoria o en las personas que fueron ofendidas y dañadas. Por eso, el pago de las ofensas retorna de alguna manera.
Asimismo, el Dr. Jekill no reconoce la necesidad de ayuda ni la pide ni la acepta; al contrario, frente a las críticas y consejos de Lanyon de restablecerse por ir por mal camino, las devuelve con más fiereza. Esto se videncia cuando Mr. Utterson le pregunta acerca de su testamento y él responde: “Nunca he visto a un hombre tan preocupado como tú a propósito de mi testamento, a no ser ese pedante irreductible de Lanyon, preocupado por lo que llama mis herejías científicas. Oh, ya sé que es un buen tipo, no pongas esa cara, un tipo excelente, y quisiera verlo más a menudo. Pero no por eso deja de ser un pedante irreductible, ignorante y hablador. Nunca me decepcionó un hombre tanto como Lanyon”[3]. Considera que su colega no está abierto a los avances científicos, pero decide, de todos modos, mostrarle sus logros por intermedio de Mr. Hyde: se transforma en el Dr. Jekill en su presencia. El fin de sus experimentos es la fama y el poder. Se considera superior a su colega por haber podido transformarse en Mr. Hyde.
Por un lado, el mismo Dr. Jekill reconoce que vive una doble vida: una pública que todos conocen y una privada, en la que está involucrado Mr. Hyde, que nadie sabe qué relación tiene con él, porque el Dr. Jekill afirma que su “(...) situación es muy extraña. Es una de esas cosas que no pueden remediarse hablando”[4]. No confía ni siquiera en su propio abogado, su amigo íntimo Mr. Utterson. Cree que puede dominar a Mr. Hyde y entonces no necesita de la ayuda de su amigo, en quien confiaría más que en sí mismo de encontrarse en otra situación. Es un mito que puede dominar a Mr. Hyde, con la fuerza descomunal que desarrolla cada vez que se presenta. Una vez que Hyde domine totalmente la personalidad del Dr. Jekill, éste no querrá dejar de contar con la amistad de Mr. Utterson para Mr. Hyde. Parece que Dr. Jekill ve aproximarse su final.
Por el otro, Mr. Hyde presenta una personalidad malvada, contenida con igual fuerza ante las personas, pero que a veces se desata con violencia, como es el caso del asesinato de Sir Danvers Carew, quien llevaba consigo un monedero, un reloj de oro y un sobre para Mr. Utterson, quien reconoció que el bastón con el que se había asesinado a Sir Danvers Carew era el mismo que él le había regalado hacía años al Dr. Jekill.
Después del asesinato, no pudieron dar con él, porque se ausentaba muy seguido de la casa de Dr. Jekill y llegaba muy tarde a ella, de tal modo que ni siquiera su sirvienta lo había visto los últimos dos meses. Vivía escondiéndose de todo el mundo, incluso de las personas más cercanas a él.
Las habitaciones en las que se alojaba Hyde se encontraban llenas de lujo: cubiertos de plata, alfombras elegantes, cuadros, un armario con vino. Pero mostraba ser desprolijo con la ropa... y con la evidencia del asesinato. Porque había quemado unos papeles, dejado ropa tirada, un talonario del banco donde estaba depositada una fuerte suma de dinero a nombre de Mr. Hyde y, para colmo, la parte faltante del bastón con el que mató a Sir Danvers Carew estaba detrás de una puerta. Por lo que el inspector Newcomen decide publicar una orden de arresto para Mr. Hyde.
Por otro lado, el Dr. Jekill jura por Dios que no volverá a ver a Mr. Hyde ni que tendrá nada que ver con él en adelante. También asegura que está a salvo y que nadie sabrá más nada de él. Ciertamente, el doctor decidió cerrar definitivamente sus experimentos sobre Mr. Hyde, que le habían perjudicado su propia salud mental y psíquica, al igual que su propia fama. Por eso, lo único que le preocupaba de allí en más es su buen nombre.
Pero cuando le presenta la carta, supuestamente escrita por Mr. Hyde, que había sido entregada en mano, su mayordomo Poole lo desmiente. Además, Mr. Guest averigua que, al comparar una nota de invitación a cenar del Dr. Jekill y la nota de Mr. Hyde, se da cuenta que ambas caligrafías son idénticas, excepto por la inclinación, lo que hace sospechar de la complicidad del Dr. Jekill con el asesino Mr. Hyde.
Del mismo modo, con cada nueva transformación, el Dr. Jekill se volvió más agresivo, se aisló cada vez más y su salud empezó a resquebrajarse, al mismo tiempo que la personalidad de Mr. Hyde empezó a dominarle y tener mayor poder sobre él. Lo que comenzó como un ensayo científico terminó como un castigo hacia su persona por abuso de drogas. Se evidencia esto en la agresividad de su asesinato, en la forma que trató a la niña y el modo en que habló con el Dr. Lanyon, apretándole del brazo y exigiéndole la devolución de la caja con los químicos que sacó de la oficina del Dr. Jekill por pedido de éste.
Asimismo, la enfermedad del Dr. Jekill asustó de muerte a su colega, el Dr. Lanyon, a tal punto que rompió las relaciones de amistad que tenía desde joven con él, trayéndole una profunda tristeza. No quiso ni ver ni oír nada acerca de él. Pero Mr. Utterson alivió su pena con la conversación.
En el mismo sentido, el Dr. Jekill decidió aislarse totalmente de la sociedad, de sus amigos, de sus colegas y consideró que lo que le sucedía era causado por las malas acciones que había realizado (con la medicina, como veremos más adelante). Desde entonces permaneció encerrado en su laboratorio -probablemente buscando la cura a su enfermedad- donde dormía y comía.
También se agrega a estos hechos lo que el mismo Dr. Lanyon afirmó después de haber presenciado la transformación de Mr. Hyde en Dr. Jekill: “Mi vida se ha sacudido de raíz; el sueño me ha abandonado; me acompaña durante todas las horas del día y de la noche el más mortal de los terrores. Siento que mis días están contados y que debo morir, y así y todo moriré incrédulo. Pues la degradación moral que este hombre reveló ante mis ojos, aunque fuera con lágrimas de penitencia, no puedo sentirla ni siquiera en la memoria, sin un movimiento de horror”[5]. ¡Cómo habrá sido el susto que le causó presenciar la transformación de Mr. Hyde en Dr. Jekill que le provocó la muerte dos semanas más tarde! Este doctor, a diferencia del Dr. Jekill, sabía y respetaba la diferencia entre lo que es honesto y lo que es injusto e indecoroso.
Además, con sus experimentos el Dr. Jekill causó terror en sus sirvientes, porque le temían a la fuerza descomunal y agresividad de Mr. Hyde. Durante ocho días, el Dr. Jekill sufrió una transformación que no le permitió vivir tranquilamente ni ser como es. Al verse acorralado en su laboratorio y por el miedo a que lo descubran cuando Utterson quería entrar para ayudarlo, el Dr. Jekill tomó su última poción y murió de sobredosis.

III. Dualismo moral y psicológico.

Desde joven, Dr. Jekill quiso ser reconocido por sus colegas, ser alguien importante; no se conformaba con ser igual que los demás. La duplicidad de su vida –con su encarnación del personaje de Mr. Hyde- comenzó ya desde joven, con el juego de los placeres desenfrenados, que ocultaba celosamente de la vida pública y del conocimiento de las personas. Sus aspiraciones fueron las que marcaron lo que estaba bien o mal para él y para los demás.
Desde esta situación, justificaba su duplicidad de vida sosteniendo que era parte de la naturaleza humana el llevar una doble vida. Él consideraba que era ambas cosas: control de sus apetitos en la vida pública y desorden en la vida privada. El pensar que se podían separar era solamente una fantasía, una utopía irrealizable, aunque alcanzaría la paz si pudiera tender radicalmente hacia alguno de los extremos y despreocuparse por el otro. Creyó que el hombre tiene una lucha interior de dos fuerzas que se oponen con igual resistencia, no permitiéndole alcanzar la paz en su vida, la cual era constantemente tironeada por sus deseos.
Igualmente, afirmaba que no podía librarse de esta carga de deseos que lo tironeaban y que cuando hacía el intento, estos deseos le volvían a venir con mayor fuerza, como si estuviera destinado para ello. Las drogas no ayudarían a cambiar esto, sino que podrían llevarlo a la muerte, como él mismo afirmaba. Pero sus experimentos se encontraban incompletos y no había dado con la respuesta de si era posible reducir esa “duplicidad natural” a una “unidad artificial”.
De todos modos, cuando bebió la poción y se transformó en Mr. Hyde, sintió el poder correr en sus venas; una sensación de placer y de perversidad le reccorrió todo el cuerpo. Se deleitó con el poder adquirido y con esa unidad alcanzada en el desorden de sus apetitos, porque ya no sentía la presión de controlarlos. Decidió abandonar la práctica de virtud –que entiendía como control de las pasiones para que no se hagan públicas- y entregarse al desenfreno de los fármacos, para seguir sintiendo esa sensación de poder. Todos los hombres llevan el bien y el mal dentro, según el Dr. Jekill, pero Mr. Hyde representaba el mal en su pureza.
Con otra poción distinta, volvió a su estado habitual, como el Dr. Jekill. Con esta doble personalidad, él gozaba de la impunidad, porque podía cometer crímenes y no sería arrestado, manteniendo la libertad de ser el Dr. Jekill y Mr. Hyde sin que ello afecte su buena reputación. Si surgía algún problema, él podría dejar de transformarse en Mr. Hyde por algunos meses y hacer que se enfríen las noticias. Si Mr. Hyde cometía algún crimen, era éste personaje quien recibiría las críticas y no el Dr. Jekill que no asumiría las responsabilidades surgidas de los problemas que causara Mr. Hyde. Él niega toda responsabilidad por lo que haga cuando se transforma, porque acusa a Mr. Hyde como si fuera una persona distinta y ajena a él.
Por otro lado, los cambios de personalidad empiezan pronto a sucederse sin su consentimiento y con mayor rapidez. Empezó a ver que Mr. Hyde estaba tomando dominio de su propia personalidad y a ser la que más predominaba. Por eso, para mantenerse como el Dr. Jekill duplicó y, a veces, triplicó las dosis. Pero como después de dos meses de no transformarse, se sintió débil por los continuos embates del deseo de la droga que lo transformaba en Mr. Hyde, volvió a sus vicios. Esta personalidad perversa lo llevaba a la insensiblidad moral, porque lo hacía insensible al dolor al adquirir fuerzas superiores a las que tenía. Dr. Jekill rogaba para que no le domine y rechazaba las imágenes de su cabeza que lo tentaban a tomar de nuevo la dosis.
Pero, finalmente, los cambios de personalidad se vuelven incontrolables y, cuando duerme o cuando está despierto, sin que él lo quiera o busque, se transformaba en Mr. Hyde. Una de esas veces sucedió que debió servirse de su amigo el Dr. Lanyon y de su sirviente, Mr. Poole, para volver a transformarse en el Dr. Jekill. Los efectos de las drogas se iban acortando en tiempo y en eficacia, porque cada vez necesitaba las mismas dosis, pero en más cortos plazos. Finalmente, los efectos de las drogas ya no dieron resultados, porque eran impuras, según el Dr. Jekill, pero creo yo que el cuerpo ya no resistiría nuevos intentos de aplacar las iras de Mr. Hyde y por eso no hacían efecto. Sus órganos ya estarían seriamente dañados. Su tristeza por el dominio que adquirió Mr. Hyde sobre Harry Jekill no le sirvió para evitar lo que debería haber impedido desde su juventud: el desorden de sus apetitos y la desobediencia a la moral.
IV. Personalidad virtuosa de Mr. Utterson.

El abogado era una persona controlada con el alcohol, le gustaba ayudar más que realizar juicios condenatorios sobre las personas; amable de carácter, decidido y también le gustaba reservarse sus sentimientos.
También le agradaba cultivar las buenas amistades y relaciones sociales. Se preocupaba por el Dr. Jekill al leer su primer testamento, porque hacía heredero a Mr. Hyde y sospechaba que éste querría matarlo para recibir la herencia de parte de su mentor. Cultivaba también la buena amistad con el Dr. Lanyon, colega del Dr. Jekill. No parecía haber cambiado durante los años, porque seguía conservando la amistad de ambos a pesar del tiempo. Guardaba los buenos modales y llamaba la atención a quien no lo hacía.
Igualmente, se preocupaba por su amigo, el Dr. Jekill, en todo momento, cuando estaba sano y cuando estaba enfermo. Lo visitaba frecuentemente, aunque no siempre era bienvenido, debido a los problemas del Dr. Jekill con las drogas. No le interesaba el dinero en primer lugar, aunque también el Dr. Jekill era cliente suyo.
Incluso, era una persona de confianza que estaba dispuesto a ayudar a su querido amigo con la situación en la que se encontraba. Todo lo que él hacía era conocido -especialmente en sus intimidades- por su asistente, Mr. Guest. Era sincero y no mentía. Le pidió la misma franqueza al Dr. Jekill, pero no dejó de ser amigo suyo por esa falta de apertura.
De igual forma, Mr. Utterson recibió a Poole en su casa y no dudó en partir hacia la casa del Dr. Jekill para saber lo que le sucedía. Decidió salvar a su amigo, el Dr. Jekill, rompiendo la puerta del laboratorio. ¡Cómo será la amistad que tenían entre ellos que Mr. Utterson recibió como herencia los bienes del Dr. Jekill a la muerte de éste.
Solamente a Mr. Utterson le confiaron el secreto de la doble personalidad del Dr. Jekill, que tanto éste como su colega, el Dr. Lanyon, guardaban celosamente. Se entristeció mucho con la muerte de ambos amigos suyos: el Dr. Jekill y el Dr. Lanyon.
En el mismo sentido, rechazó la injusticia y no la justificó bajo ningún aspecto. No se entrometía en asuntos ajenos, a menos que estuviera en juego la vida de algún amigo o familiar suyo. No divulgaba lo que era sospechoso de injusticia acerca de una persona, como era el caso de la preocupación que le producía la semejanza de la letra de ambas cartas escritas por el Dr. Jekill y, supuestamente, Mr. Hyde.
Era una persona persistente y no se daba por vencido hasta que descubría la verdad del asunto. Tenía verdadera conciencia de lo que era injusto y no miraba al costado cuando debía identificar las malas acciones, como las que realizaba Mr. Hyde. Lamentó la muerte de Sir Danvers Carew y decidió investigar el caso, aunque viera que su amigo, el Dr. Jekill, pudiera estar involucrado.
De igual forma, creía él mismo que su vida no tenía muchas cosas de qué arrepentirse, pero reconocía y lamentaba las injusticias que cometió. También agradecía las injusticias que podría haber cometido y que, finalmente, evitó.
Finalmente rechazaba la fealdad de Mr. Hyde como deformación de los experimentos sufridos por el Dr. Jekill en su transformación. Se asustó seriamente cuando vió a Mr. Hyde en la ventana donde se encontraba el Dr. Jekill hablando con él y Mr. Enfield, al punto que pidió la ayuda de Dios para él y su amigo, porque temía por su destino.
BIBLIOGRAFÍA.
[1] STEVENSON, Robert Louis; El extraño caso de Dr. Jekill y Mr. Hyde, Cántaro, Buenos Aires, 1999, p. 36.
[2] Ibid., p. 38.
[3] Ibid., p. 39.
[4] Ibid., p. 40.
[5] Ibid., p. 78.

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